DF Tax | El drama de las contribuciones

Catalina del Real, diputada independiente

En la actualidad, los adultos mayores en Chile enfrentan una difícil situación económica debido al aumento de las contribuciones de la vivienda. Esta realidad ha llevado a muchos a caer en morosidad, e incluso a tomar la drástica decisión de vender sus casas o tener que arrendarlas ante la imposibilidad de seguir pagando este impuesto.

Si bien el 77% de las viviendas en Chile no paga contribuciones gracias al DFL 2, que exime a inmuebles de hasta 140 metros cuadrados con un límite de dos propiedades por persona natural, esto no ha sido suficiente para aliviar la carga de nuestros adultos mayores.

“Los adultos mayores en Chile enfrentan una difícil situación económica debido al aumento de las contribuciones de la vivienda. Esta realidad ha llevado a muchos a caer en morosidad e, incluso, a tomar la drástica decisión de vender sus casas o arrendarlas”.

El beneficio otorgado por el Servicio de Impuestos Internos (SII) a este grupo no abarca a todos. Actualmente, las mujeres mayores de 60 años y los hombres mayores de 65 años pueden acceder a un descuento de hasta el 100% de las contribuciones si sus ingresos son iguales o inferiores a 13,5 UTA (aproximadamente $ 825 mil).

Si sus ingresos superan este monto, pero no exceden los $1.830.000, el descuento es del 50%. A pesar de estas medidas, la combinación de factores económicos sigue afectando gravemente a nuestros mayores.

En noviembre de 2022, la Cámara Baja aprobó una resolución que solicita al Presidente de la República enviar un proyecto de ley para congelar el impuesto territorial de las propiedades de personas mayores, pensionadas o jubiladas, mientras vivan en ellas el titular o su cónyuge. Esta iniciativa, de la cual soy autora, busca ofrecer una solución concreta y urgente para este sector de la población.

Es imperativo que el Gobierno tome en cuenta esta propuesta. Las personas mayores están enfrentando una realidad compleja debido al alza en el costo de la vida, y ahora también deben lidiar con la posibilidad de perder sus viviendas.

Tener que renunciar al sueño por el que trabajaron toda su vida no es justo. Espero que se considere alguna medida para ayudar a enfrentar esta problemática.

Los adultos mayores merecen vivir sus últimos años con dignidad y seguridad, sin el temor constante de perder su hogar. Es hora de que actuemos con empatía y responsabilidad para garantizar que puedan disfrutar de una vejez tranquila y protegida.